RESEÑA: RENDIJAS
Lucrecia Méndez de Penedo
Lucrecia Méndez de Penedo
El libro Rendijas, de la Dra. Lucrecia Méndez de Penedo, es una sorpresa agradable para el lector avezado. La colección de ensayos sobre temas diversos que se encuentran en sus páginas discursa sobre temas tan opuestos como Leer es vivir, hasta la literatura en Guatemala de la posguerra, pasando por impresiones y recuerdos sobre la escritora Margarita Carrera, en Margarita Carrera dixit; un análisis de la poesía de Luz Méndez de la Vega, en El espejo astillado, o retratos que se antojan casi proustianos, en El Doctor Albizurez.
La autora inicia su viaje literario, intensamente personal, nemónico, y metafísico, con un estudio del ente literario señalando que el “ojo crítico es voyerista”. De ahí nace el título y la rendija literaria que nos permite ver, a través de sus ojos, la literatura de Guatemala; pero también su cultura su dasein, así como la verdadera ontología del guatemalteco.
La lectura te traslada hacia otros mundos; te permite viajar, a la vez que te informa sobre el universo que habitamos. Leyendo nunca estás solo; al contrario, te acompañan personajes, hechos que no conoces, información sobre gente que ya se ha ido pero que renace con esas patitas de mosca que son las letras, cuyo significado llena tu ser de alegría, de tristeza, o puramente de información. El lector no es una computadora, incapaz de sentir emoción al registrar lo que lee. Al contrario, ríe, llora, se sorprende, le gusta, le disgusta, pero vive, en el leer.
El buen escritor produce un sin fin de emociones en el lector, a veces negativas, y otras positivas, pero cuya clave es que te hace sentir. Y esa es la sorpresa de este pequeño libro de ensayos. En general, los ensayos académicos son algo estériles, utilizando el lenguaje cervantino, incapaces de procrear hijos atentos. Méndez de Penedo, en estos retazos de vida literaria, logra que el lector se emocioné, piense, recuerde, quizá llore recordando a aquellos que ya no están, o ría, con ese punto de humor que coloca casi descuidadamente.
El lenguaje que utiliza su autora en Rendijas es elegante, pero complejo; rico, a la vez que natural; sobrio y ameno. Te cuenta una historia, a la vez que discursa sobre la literatura y, en general, no sigue el formato estructurado de los ensayos académicos cargados de referencias que alejan al lector del mensaje central. A pesar de que Méndez de Penedo enseña con maestría la literatura de Guatemala, el libro es deliciosamente encantador, a la vez que didáctico, lo cual es es muy difícil de conseguir, particularmente en un libro de ensayos.
María Odette Canivell Arzú