El Día del Español y un pequeño homenaje
Por Noe Vásquez Reyna
Por Noe Vásquez Reyna
En la actividad, organizada por la Universidad Popular y la Academia Guatemalteca de la Lengua, participaron los escritores, académicos y miembros de número Delia Quiñónez, Gloria Hernández y Juan Carlos Lemus.
Lemus dedicó unas palabras a la conmemoración del libro y la literatura, recordando que se dice que somos lo que comemos, pero también somos lo que leemos: «Así la información que tenemos es lo que nos forma intelectualmente», dijo, a la vez que afirmaba que cuanta más información tenemos, cuanto más nos hemos alimentado intelectualmente, así iremos creciendo también, y al contrario cuanto menos leemos, menos creceremos. En su disertación, Lemus sugirió a los jóvenes asistentes la lectura de El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, para iniciarse en este hábito y también los invitó a que vean como algo común regalar libros. Aseguró que «quienes regalan libros no pueden ser malas personas» y que «somos lo que somos, porque otros lo escribieron».
Por su parte, la exposición de la Premio Nacional de Literatura 2016, Delia Quiñónez, se tituló «Gloria Hernández: vida y palabra», en la cual hizo un breve recorrido sobre la experiencia y hoja de vida de la autora homenajeada. «Muy poco puede decirnos el resumen de una hoja de vida de extraordinarias ejecutorias como la de Gloria Hernández. Muy poco pueden las palabras reflejar la intensa y excelente proyección de su vida en la cultura de nuestro país.Se trata de una obra meritoria que se construye en las complejas esferas de la poesía, el teatro y la narrativa; de la tarea académica, los talleres de escritura y la docencia universitaria; disciplinas que se entrecruzan para crear un mundo que es absolutamente imposible de abarcar en este sencillo homenaje que hoy dedicamos a nuestra colega y amiga», expresó.
Quiñónez agregó: «Todo el aporte literario de Gloria busca forjar una sensibilidad creativa en sus lectores, sean niños, jóvenes o adultos, para que los ojos de estos se amplíen con horizontes que los conduzcan al conocimiento de todos los mundos posibles; y en suma, para que sean capaces de desarrollar su innata creatividad como seres humanos».
Hernández pronunció la disertación titulada «La maravilla de escribir y contar», en la que relató experiencias desde su infancia que la acercaron a la literatura y a la ficción. «Así, casi sin querer, le di forma poco a poco en mi mente a uno de mis personajes más queridos, mi amiga imaginaria, mi alter ego, ese otro yo que me definía también, porque esa llamada alteridad, eso que no era pero que quería ser, era una versión de mi misma que se atrevía a hacer lo que yo no podía, lo que yo jamás iba a poder. Una amiga imaginaria que les presté de primero a mis hermanos, luego a mis hijos y de último a mis lectores, aquí en mi novela Ojo mágico. La construí palabra a palabra, que podría decir a puro adjetivo».
El libro Ojo mágico empieza así: «De todos los sonidos del mundo, el clic de una cámara fotográfica es mi favorito». Según Frieda Morales Barco, esta novela de Gloria Hernández «ya forma parte de los clásicos de la literatura infantil y juvenil de Guatemala y desde su publicación en el año 2010, ha llegado a miles de lectores en nuestro país y en Centroamérica». La protagonista, Cecilia, pasea por los recuerdos, la memoria, el registro, la niñez y la adultez, sobre todo deja al lector con la curiosidad de buscar otros mundos.
Las celebraciones en torno a los libros hacen que recordemos que la literatura nos permite conocer mundos, los otros, pero también los nuestros. Enhorabuena a Gloria Hernández, por el legado que construye con cada adjetivo.